Seguimiento del proyecto – noviembre 2019. Estábamos en Katmandú, casi listas para emprender de nuevo el viaje hacia Achham.
Esta vez el equipo que viajó desde Katmandú se componía de Rupa: manager del proyecto; Simran: estudiante de Cooperación Internacional en prácticas; Sharmila: salud comunitaria, aunque nos acompaña como traductora; Rita: periodista, que acompaña al proyecto para fotografiar en persona lo que allí pasa y así completar una noticia sobre el trabajo que realizamos; Clara: directora del proyecto; y Bea: terapeuta menstrual.
Al llegar a Mangalsen nos esperaban las chicas: Tejana y Manisha como coordinadoras del proyecto, Hiunkala y Rohina como formadoras, y Tulsi, Manisha, Kamala, Rabina y Janaki como mentoras.
Lo primero en la agenda era llegar a Mangalsen y facilitar una formación para las formadoras y mentoras sobre cómo se desarrollaría el seguimiento. Era importante que todas supieran qué era lo que se esperaba de ellas.
Como siempre, llegar a Mangalsen fue una aventura, mezcla de buses y jeeps, intercalados con paradas de té y snacks para sobrevivir los 2 días de viaje (¡¡hemos reducido un día!!).
En un solo día explicamos a todo el equipo cómo llevar a cabo el seguimiento, las rutinas, tiempos y materiales, y nos separamos en grupos para cubrir los 12 pueblos que teníamos que visitar. En cada equipo había chicas para las que no era la primera vez que hacían el seguimiento, y ya conocían las rutinas de cada año.
Éramos 3 equipos, cada uno de los cuales, como primera tarea, visitó un pueblo de la municipalidad de Sanphebagar (Patalkot, Sirkot y Kalsen), y luego tendríamos que visitar los tres pueblos de cada una de las otras tres municipalidades: Turmakhand, Dhakari y Mangalsen.
Nos separamos y comenzamos con el seguimiento. Pasamos 3 noches en cada pueblo y durante ese tiempo tuvimos que encontrar a todas las mujeres del pueblo y a todas las niñas de la escuela que usan la copa menstrual, realizar el seguimiento con ellas, y el día antes de irnos a mostrar a toda la gente del pueblo la película de Mira Rai.
Por suerte, dentro del equipo, habíamos dividido las tareas a realizar, así que trabajamos juntas para que todo se llevara a cabo de la manera más eficaz posible, ¡cosa que a veces, en Nepal, parece imposible!
En seguida nos dimos cuenta de que encontrar a todas las mujeres era muy difícil, la mayoría estaban en el campo trabajando, y no tenían tiempo para venir a la escuela a hacer el seguimiento. Por lo que, como dice el dicho, “si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma”: recorrimos todo el pueblo y los alrededores buscando mujeres, llamando a las puertas de las casas, preguntando a la gente que encontrábamos por los caminos…
Después de ese primer pueblo, nos reunimos todas en Sanphebagar, para comentar la jugada, poner sobre la mesa problemas que habíamos tenido, y dudas que hubieran surgido. Comimos juntas y pusimos en común las primeras impresiones. La salud de Rupa había sido muy precaria durante esos primeros días y al ver que no mejoraba, decidimos que era mejor que se fuera a Katmandú con Rita con el avión desde Dhangadhi .
En los tres pueblos las cosas habían ido solo regular, lo que nos hizo pensar que alguien había estado interrumpiendo el trabajo, y teníamos nuestras sospechas de quién (y algo más que sospechas…).
Durante los siguientes días, los 3 grupos recorrimos los 9 pueblos restantes: Jupu, Banatoli y Mangalsen, de la municipalidad de Mangalsen; Dhamali,Toshi y Raniban de la municipalidad de Turmakhad; y Hichma, Dhungachalna y Dhakari de la municipalidad de Dhakari.
No encontramos a todas las usuarias, así que quedo claro que el trabajo no estaba acabado, y decidimos que las formadoras continuarían a principios de diciembre. Necesitábamos saber si cada usuaria de la copa la estaba utilizando, si estaban contentas con ella, si necesitaban algo, si gracias al uso de la copa y los talleres que ofrecimos en mayo su relación con la menstruación había mejorado, y si había cambiado en algo cómo viven sus días de sangrado menstrual; y lo más importante, ¿siguen practicando el Chhaupadi?
Toda esta información es crucial para la continuación del proyecto. El 15 de noviembre acabamos el último pueblo, llevamos todo el material restante a Mangalsen y nos preparamos para volver a Katmandú.
Las chicas de Achham harán otra formación de la copa menstrual en febrero y el equipo volverá en mayo desde Katmandú para el proyecto del 2020.
Seguimos trabajando, con todo nuestro corazón y ganas puestas en el proyecto. Gracias por apoyarlo. Hazte soci@. Es importante. Te necesitamos.
Texto & ©fotos de Bea San Román
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