Para la mayoría de la población mundial de mujeres y chicas adolescentes, la menstruación es un tiempo de estrés y vergüenza. Algunas mujeres no solo tienen acceso limitado a recursos y conocimientos para la gestión de la higiene menstrual, y a espacios seguros, que proporcionen intimidad, para manejar los materiales. Así, consideran, tanto a ellas mismas como al periodo, como algo sucio y vergonzoso.
Para luchar contra esta realidad y sensibilizar sobre el desafío que supone la gestión de la higiene menstrual (MHM por sus siglas en Inglés), el 28 de mayo del 2018 constituye la celebración del cuarto Día Internacional de la Concienciación sobre la Higiene Menstrual. Ese día se creó como plataforma para unir las voces de personas, organizaciones, empresas y medios de comunicación, y romper el silencio que impera acerca de los problemas relacionados con la MHM a los que se enfrentan mujeres y adolescentes en todo el mundo.
Para muchas chicas, esta cultura de la vergüenza, combinada con la falta de acceso a los recursos adecuados y al conocimiento sobre la MHM, deriva en problemas de autoestima y absentismo escolar. Asegurarse que las chicas siguen yendo al colegio y que continúan dentro del programa de aprendizaje, con confianza en sí mismas, es algo fundamental para el enfoque en el empoderamiento dentro de los objetivos de desarrollo sostenible. Cuando las chicas van a la escuela y participan en el proceso formativo, resultan empoderadas para alcanzar su máximo potencial.
En pequeñas poblaciones a lo largo del extremo oeste del Nepal, donde la práctica del Chhaupadi todavía existe, las prácticas de una correcta MHM y el empoderamiento de mujeres y adolescentes es un punto importante en el cual centrarse. El Chhaupadi es una práctica social profundamente arraigada, considerando impuras a las mujeres y jóvenes durante su periodo, y sometiéndolas a una serie de prohibiciones que las privan de poder atender a sus necesidades más básicas.
Estas prohibiciones incluyen tocar comida que otros vayan a consumir, transportar o cruzar sobre agua, asistencia escolar restringida, y acceso al hogar familiar, siendo así que mujeres y chicas deben dormir en establos o cabañas improvisadas. Las que están sujetas a esta práctica corren el riesgo de ser violadas o mordidas por serpientes, y pueden sufrir de inhalación de humo y ataques de animales. Además, la restricción de asistencia a las jóvenes al colegio durante su menstruación está ligada a bajos resultados escolares, así como a amplios efectos negativos respecto a sus posibilidades de empleo, salud y desarrollo general.
Aunque el gobierno de Nepal declaró como ilegal la práctica del Chhaupadi, ésta se encuentra muy instaurada dentro de las normas sociales y costumbres culturales. La finalidad de las organizaciones de base social como be artsy es el empoderamiento de las chicas en las zonas del extremo oeste del Nepal a través de la educación de la MHM en las comunidades, y proporcionar copas menstruales y kits de higiene. Este planteamiento está diseñado para reducir el absentismo escolar, mejorar la autoestima de las jóvenes, y reducir el predominio y el impacto negativo del Chhaupadi mediante una inyección de conocimiento sobre la menstruación en las comunidades.
Es importante que existan días como éste para que pueda brillar una luz sobre el trabajo que realizan estas asociaciones, para permitir el empoderamiento de mujeres y jóvenes a través de la educación en la MHM, así como para señalar que todavía hay mucho por hacer en este tema. El auténtico cambio se podrá producir solamente con apoyo a nivel mundial y la concienciación, combinados con la implicación de las comunidades locales, en beneficio de todas las mujeres y adolescentes del mundo.
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Escrito por Kristy Davies, traducción de Tere Salinero