Escrito y Fotos © por Alba Parrado Puente, Enfermera y Comadrona española, Voluntaria de be artsy en Achcham.
Desde una de las ciudades hindúes mas caóticas de la India (Varanasí) hasta uno de los pueblecitos más pacíficos de Nepal hay unos 800km de distancia y unos 4 días en autobús local, un autobús tan infernal como divertido.
Pasando por cientos de pueblos, observando a través del cristal, compartiendo asiento con varios locales, intercambiando sonrisas, escuchando música de lo mas estridente y feliciana, oliendo una amplia gama de todo, saboreando el polvo… puedes realmente acercarte a este país.
Basti es el primer pueblecito que hemos escogido y con el que queremos colaborar. Basti significa «villa» o un concepto parecido en nepalés. Es un lugar mágico en la cordillera de los Himalayas donde no llegan ni las carreteras… ¡Ni si quiera la maldita coca cola!
Este valle, sólo accesible a pie, cuenta con cientos o miles de terrazas de cultivos que pintan un paisaje de cuento.
Un lugar puro y apartado del progreso y la globalización, uno de los miles que existen aquí en Nepal.
Esta zona en concreto, el far-west, es una de las mas rurales, tanto por ser de difícil acceso como por la no presencia de turistas y gracias a esto aún conserva su esencia.
No sabemos con exactitud cuantos habitantes viven en este pueblo, pero si que se divide en 9 «Bastis» o grupos de casas qué están dispersos (como todos los pueblos de Nepal) y que al «cole» acuden unos 150 niños y niñas, de los cuales, la gran mayoría tienen que caminar unas 3 horas diarias para acudir, pues viven en cabañas de esas que se pueden ver allá a lo lejos, entre las montañas…
De los niños que no acuden a la escuela y que vemos a diario con las cabras o con sus hermanos pequeños a cuestas, asomándose curiosos a través de las ventanas de madera de la clase, no se habla ni nadie tiene idea del porcentaje que puede suponer. El Gobierno da una ayuda de 300 rupias al año (unos 3 euros) para promocionar la asistencia, pero no parece ser muy efectivo, quizás debido a la escasa suma que es.
Cuando te amoldas a su forma de vida, comes lo que ellos comen (que es todos los días exactamente lo mismo, dalbat-lentejas/judias con arroz-, tarkari-verduras- y chapati-pan/torta-), te duchas en la fuente del pueblo con ropa (para lavarla ya también de paso) las 4h al día que hay agua, duermes como ellos duermen (¡4 personas en puñeteras tablas de madera!),te aprendes a limpiar el culo sin papel (oro blanco para mí a partir de ahora) y a sonar los mocos soplando hacia afuera (como cuando estas en la ducha), te das cuenta de todo el agua que malgastamos y todo lo que realmente no necesitamos. Y reflexionas, aún con mas ahínco que antes, a cerca de todas las distracciones y bombardeos, a cerca de toda la publicidad y consumismo que tragamos sin ni siquiera ser conscientes. Te empiezas a sorprender de que los 3 pantalones y sudaderas que llevas en tu mochila ya te parecen hasta demasiados!
Sin saber muy bien lo que nos depararía está nueva aventura ,nos vinimos hasta aquí 6 personas (3 Nepalíes y 3 foráneos).
Preguntando por la enfermera, los profesores y por grupos de mujeres fuimos poco a poco conociendo a la gente. Fue una grata sorpresa ver cómo se organizan aquí las mujeres y comprobar que además de levantarse a las 4 de la mañana, hacer la comida, cuidar de los niños y trabajar duro picando y transportando piedras, también dedican un tiempo para compartir sus preocupaciones y mejorar su vida. Esto no tiene otro nombre: son SÚPER MUJERES! (Nota que considero importante por lo increíble que es: son mas de 50kg lo que transportan, y lo llevan sobre la cabeza!!)
Además también han creado un grupo de voluntarias que ayudan en el ámbito sanitario y estuvieron siempre abiertas a compartir.
Según pudimos comprobar por nosotras mismas, los pocos hombres que están por allí (la mayoría están trabajando en India), sólo se dedican a jugar a las cartas y ponerse hasta arriba de Roxy (aguardiente Nepalés).¡ Aquí no pinchan pero si cortan! ¿Porqué será que las mujeres les dan el dinero que han ganado, a ellos?
Uno de los datos que mas me llama la atención es que la esperanza de vida de las mujeres en esta región sea de 52 años, más baja que la de los hombres, a diferencia de la mayoría de países. El día que decidí compartir con ellas la receta de la tortilla de patata y fui a cocinar, me eché a llorar. Pero porque el humo que generaban aquellos palos que calentaban la cazuela era infernal. La habitación que ellos usan de cocina-salón-dormitorio no dispone de ningún elemento de ventilación… ¡Ahora entiendo que la primera causa de muerte sea por problemas respiratorios a edades tan tempranas!
La gente de aquí creo que se dio cuenta enseguida de porqué estábamos allí, aun que nosotras sólo hablamos de clases de educación sexual y fotografía crítica. Esto facilitó mucho el que se abrieran a compartir lo que ellas sentían en relación a su menstruación, a cerca del Chhaupadi y de lo que significa esta tradición para ellas, sin necesidad de que nosotras habláramos del tema.
Nuestra intención siempre ha sido la de venir a dar información y recursos que pudieran servir para empoderar a las niñas y mujeres en sus decisiones y no para darles ideas preconcebidas y occidentalizadas a cerca de nada, por muy incomprensibles que nos puedan parecer sus costumbres.
En un mundo en el que la mayoría de las ONG están compradas, pues las subvenciones y financiaciones provienen de multinacionales con intereses económicos muy concretos, dónde no importa a lo qué se va, sino que se va…dónde no importa la gente, sino los números y donde se cree que el progreso , tal y como nosotros lo entendemos, se debe llevar a cada rincón del planeta. En un mundo en el que el ser humano ha caído tantas veces en el error de someter a un pueblo indígena y desbastar sus costumbres y en el que aún se sigue haciendo lo mismo. En un mundo donde prevalece la orientación mercantil y en la que el éxito material constituye el valor predominante, no hay en realidad motivos para sorprenderse de que las relaciones humanas sigan el mismo esquema de intercambio que gobierna el mercado de bienes y trabajo. En un mundo así, hay que andar con pies de plomo para no caer en la trampa y crear colonizaciones del siglo XXI, puesto que aún con la mejor de las intenciones, esto puede pasar.
Las clases con los adolescentes fueron mucho mejor de lo que imaginábamos, aunque he de decir que ir con traductor, un poco ortopédicas si que que parecen. Esto de la barrera idiomática, ¡es todo un reto! Es de las cosas que más nos han frustrado, pues la confianza que creamos o queríamos crear estaba muy limitada. Pero también ha tenido cosas muy buenas, cómo que enfermeras Nepalíes sin experiencia en este ámbito, hayan aprendido a confiar en sí mismas y a amar la educación como pilar básico.
A pesar de ciertas limitaciones, las mujeres y niñas se explayaron contando sus experiencias de Chhaupadi: como son obligadas a dormir fuera de casa cuando tienen la regla, desde establos sin puerta en el mejor de los casos, hasta rincones cubiertos por un poco de paja. Cómo tienen que hacer trabajos de mayor esfuerzo físico (por no poder trabajar esos días en la cocina). Cómo les dan el agua por que a ellas no les está permitido cogerla. Cómo están privadas de comer ciertos alimentos o de ir a lugares sagrados y templos.
Las niñas de la escuela decían que a ellas no les gusta tener que hacer esto y que no querían continuar y los niños que no creían que nada malo fuera a pasar si ellas no lo hacían. Las mujeres decían que estaban a favor de abandonar esta práctica…Y…¿entonces? ¿Dónde está el problema? La sociedad y las viejas glorias (normalmente llamadas abuelas) parecen ser la razón principal, pues los hombres no parece que tengan nada que ver. Quizás ya la próxima generación, nunca llegue a vivir esto y sólo escuchen antiguas historias sobre una tradición ya caída en el olvido. Esto sólo depende de ellas mismas.
Un atardecer nos llevaron a ver algunas de esas «casas Chhau» y nos sorprendió mucho ver como algunas de ellas se ponían posando para las fotos, como reproduciendo una escena real. Por lo visto alguna otra persona antes que nosotros había ido allí antes a hacer un reportaje fotográfico sobre esto…¡ahora ya entiendo como hacen algunos reporteros para «pillar» esas escenas tan cruciales! Pero…¿y ellas? ¿Porqué harían algo así? ¿Querrán que se sepa fuera a cerca de esto?
El día de la mujer trabajadora pensábamos en hacer alguna actividad. Nos sorprendió muchísimo cuando preguntamos y nos dijeron que ellas ya tenían un programa. Y aún más cuando vimos a decenas de ellas gritando en «la plaza del pueblo»: no queremos mas Chhaupadi ,no queremos más violencia! Metidas en el mogollón, entre ellas, pasamos todo el día…no se muy bien como nos entendíamos pues a penas chapurreamos cuatro palabras de nepalés, pero el caso es que nos emocionamos y bailamos con ellas, apoyándolas en su reivindicación.
El Gobierno prohibió el Chhaupadi en 2005 y desde entonces hasta ahora se han dedicado a ir por los pueblos dando charlas y poniendo carteles en las «plazas» que dicen: «Pueblo libre de Chhaupadi», aun que esta práctica siga en algunas regiones de Nepal. Por otra parte, tenía entendido que se hacía en zonas muy concretas, pero según varias Nepalíes de diferentes estados con las que he hablado, me han contado su experiencia personal de cuando tuvieron las primeras menstruaciones. Estuvieron encerradas en una habitación sin luz durante 7 días, teniendo lo justo para comer y beber. Además de muchas otras creencias como que si comen plátanos durante este período, se quedarán infértiles. Y si lo piensas, esta última parte, no dista tanto de las creencias en España en la época de mi abuela, donde no se debían regar las plantas o hacer ciertas comidas.
El último día en Basti fue intenso…las enfermeras que suele haber en cada «health point» se habían ido del pueblo y a falta de un «accidente», acudieron a nosotras por dos. Entre sangre y sudor, sin guantes ni gasas, cosimos el dedo de una de las mujeres mas fuertes que he conocido. Nunca había visto nada así y ojalá hubiera habido un hospital cerca con un cirujano de verdad…pero aquí no había mas opción. Poco después vinieron a buscarnos porque a un pequeño le habían dado una pedrada en la cabeza…aquí la dificultad fue coser entre gritos y sollozos, mantas sucias y humo, dentro de una pequeña casa de adobe y con unas 12 mujeres alrededor. Cuando acabamos y nos fuimos a la cama Alba y yo nos cogimos fuerte de la mano y entonces fue cuando nos dimos permiso para expresar todo. No es sólo el hecho de vivir una situación de estrés como esa, para mi fue más el pensar en qué es lo que habrían hecho estas personas o que es lo que hacen normalmente cuando tienen esta situación. Ir al hospital mas cercano son mínimo 6h caminando y claro está que no es una opción económica para la mayoría.
Kunti Bandali fue el segundo pueblo al que nos dirigimos. No sabría decir porqué, pero al llegar sentí que algo muy diferente a lo de Basti nos esperaba. Observando, entendí cuál era la razón: el lugar donde nos alojamos mas que un pueblo, es un pueblo-bazaar «de carretera» (aun que yo mas diría «de camino») en el que principalmente vivían hombres cuyo objetivo es mantener un óptimo grado de alcohol en sangre y algunas mujeres y niños sin escolarizar que hacen lo que éstos debieran… ambiente en el que se puede ver, oír, oler e incluso palpar esta realidad difícil de digerir.
En esta escuela, las clases fluyeron de una manera totalmente distinta entre sí, por lo que la capacidad de improvisación nos puso a prueba. Desde clases interactivas y abiertas al debate como clases en las que predominaba la pasividad e indiferencia. En las que nos hablaban de su menstruación abiertamente y en las que ni siquiera la nombraban a pesar de nuestros esfuerzos.
Nos enteramos de que Unicef había estado este pasado año aquí dando clases sobre el VIH ( ya que esta región tiene una alta incidencia) y sobre métodos anticonceptivos. Tenían el conocimiento de que se transmite por relaciones sexuales pero no tenían ni idea de qué es la sexualidad ni de qué es una relación y mucho menos de cómo se pone un preservativo. Todas nuestras clases se basaron en la expresión de sentimientos y emociones que el cambio hacia la edad adulta genera en ellos y la importancia de expresarnos y tener una buena comunicación.
En las reuniones con las mujeres no fue fácil principalmente por dos razones.
Cuando Unicef y otras ong de gran envergadura vinieron a este lugar, pagaron a cada mujer por cada sesión una cierta cantidad de dinero para que todas acudieran. Quizás para incrementar sus estadísticas, sin darle importancia a que las mujeres realmente estuvieran interesadas o quizás simplemente para conseguir que dejaran su arduo trabajo y acudieran. Nosotras esto no íbamos a hacerlo.
Por otro lado, al contrario que en Basti, ellas están más arraigadas al Chhaupadi y no están en un proceso de cambio, por lo que el diálogo se vio reducido en este aspecto. Es curioso ver las dos caras de la moneda y más curioso aún, que el pueblo más en contacto con el resto del mundo y con más opciones a la información, sea el que más desea mantenerse como está.
La copa menstrual que se les ofreció a niñas y mujeres de ambas villas creo que tuvo buena acogida. Creemos que al vivir toda una familia en un mismo espacio en el que además realizan todas las actividades diarias, el problema de menstruar sin tener nada mas que un paño usado a modo de compresa, puede ser una de las razones por la cual, hoy en día, sigan durmiendo fuera de casa. De cualquier manera, esa calidad de vida que puedes tener una semana al mes y que te puede dar la copa, es simplemente genial, como lo fue en mi propio caso y en el de otras muchas.
En cuanto a la parte de la fotografía como manera de que se expresen en sus familias y en la comunidad a través de ella me ha parecido una herramienta muy útil y con la que, en cierta manera, se han desinhibido y divertido.
Bajo mi punto de vista hemos estado poco tiempo en cada pueblo, pues cuando empezábamos a coger confianza y a formar parte de su entorno, nos hemos ido. Y esto ha hecho que no se aprovechara al máximo lo que tanto unos como otros, teníamos para ofrecernos.
Mucha gente me dice que es maravilloso que venga a ayudar y sea solidaria, altruista…pero no es como la mayoría lo ve. A mi parecer cuando das, también recibes y todas las personas que se dedican a esto es porque les proporciona algo a ellos mismos, sea por el simple hecho de aprender más a cerca del mundo, por ir acorde a sus valores y creencias o por crecer como persona.
Lo que sé es que aprendo, aprendo y aprendo a desaprender, a no juzgar nada, a amar…
El modo de viajar ha cambiado para mi o mejor dicho, me ha cambiado a mi, dejando ver a la luz, con más claridad, lo que soy y siempre he sido. Como dice la canción del himno Nepalés que todas las mañanas los niños deben cantar: somos del este o del oeste, de diferentes castas o etnias, pero todos somos iguales y parte de lo mismo, conectados formamos parte de un precioso collar. (He de reconocer que miraba con el ceño fruncido los «ejercicios de estiramiento» que hacen en filas justo antes de cantar el himno, pues a mis ojos era como ver un servicio militar, pero también he de reconocer que después de conocer su significado, mi visión se volvió más tolerante).
Por todo esto, el ir a visitar monumentos ,restaurantes o mercados llenos de turistas, se me queda muy pequeño e incompleto, pues si sólo te quedas en esto cuando viajas, te pierdes la esencia del lugar, su cultura, sus gentes…y con ello la comprensión y el entendimiento de lo que te rodea allí donde vas. La riqueza que encuentras al observar no es ningún acto pasivo, si bien, requiere dejar fuera nuestros propios aprendizajes para no caer en el error de juzgar en vez de amar.
Tener la oportunidad de estar aquí, mamando de ésta cultura, ganando en experiencias de vida es algo impagable ,insustituible e inigualable.
Quizá esto no sea para todo el mundo, pero desde luego que si que lo es para mi.
Viaja! Recorre carreteras, senderos y montañas! Báñate en ríos sagrados, lagos salados, aguas termales y mares de corales!
Traga arena, polvo y tierra!
Sube a las montañas más hermosas y altas y sumergete en los mares mas profundos e inexplorados!
No juzgues! Rompe tus límites! Ama! Sueña! Vuela!
¿Deseáis ayudarnos a recaudar dinero para el proyecto de las niñas de Nepal?
Ahora puedes donar para pagar un mes de sueldo a la enfermera, pagar algunos kits higiénicos o ayudar para realizar el control de la copa menstrual en septiembre: http://beartsy.org/es/involucrate-en-rato-baltin/
O Si lo deseas, puede donar por transferencia bancaria a: Banc Sabadell IBAN: ES23 0081 0900 8200 0430 1934 BIC: BSABESBB (una donación recurrente nos ayudará a planificar mejor nuestro presupuesto para llevar a cabo los proyectos emprendidos).
O echar un vistazo a otras formas de donar en http://beartsy.org/es/donacion/
¡Gracias! 🙂